Dentro del Estado de México se encuentra Valle de Bravo, un lugar que brinda a sus visitantes la oportunidad de conectarse con la naturaleza y pasar unos días despejando la mente, al entrar a sus tierras pareciera que los elementos toman el control de quien las visita. Aquí siempre hay cosas por hacer, como pasear en velero por el gran lago, prender una fogata entre amigos para pasar la noche o pasear por sus montañosos paisajes.
Entre las actividades preferidas de los viajeros se encuentran las visitas a los embarcaderos y a los spas para tomarse un relajante tiempo en el temazcal. Para aquellos que disfrutan de familiarizarse con la cultura local existe una gran variedad de museos y centros religiosos capaces de revelar los secretos más antiguos de Valle de Bravo.
Las calles del centro siempre son buena opción para estirar las piernas y visitar las tiendas de artesanías locales; mientras que si se busca diversión, la Plaza Principal ofrece bares, restaurantes, tiendas y galerías para entretenerse por horas.
Algo que siempre probará la belleza de este pueblo mágico son los puntos clave desde los que se le puede observar, como Divisadero y La Peña, ambos aportan una vista panorámica con la que se pueden obtener las mejores fotografías. Aunque si se desea agregar un toque de adrenalina a la vista, aquí se ofrece la oportunidad de subir al Cerro de la Cruz y volar en parapente sobre el lago.